Hace unos días hicieron una encuesta a cien Internautas para que votasen que tres fotografías consideraban las más importantes de la historia. La primera escogida era una instantánea de la bomba atómica lanzada en Nagasaki, la segunda un hombre pisando por primera vez la luna, pero la tercera fue la que más me gusto, mostraba a dos enamorados besándose mientras el mundo giraba a su alrededor. Me gusta saber que entre las tres fotos más importantes de la historia están dos enamorados congelados en un beso interminable, refugiados contra el olvido. Quizás es eso que sentimos cuando vemos fotografías antiguas, que por ellas no pasa el tiempo, como esos mosquitos atrapados en ámbar durante millones de años, el mundo sigue adelante pero ellos se quedan allí atrapados para siempre sin cambiar. Como las fotos fotos guardadas en una caja vieja de zapatos, instantáneas de otro tiempo que nunca volverá.
Una vez le preguntaron a Lewis Hine, un fotógrafo de guerra, porque había elegido esa profesión, el contestó que si pudiera contar con palabras todo lo que vería no necesitaria cargar con una cámara de fotos, que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror, y de heroísmo está más allá que las palabras, yo también lo creo hay cosas que
no podemos explicar con simples palabras, cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso o sensaciones como volver a abrazar a un amigo, quizás por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de
fotografías fijas guardadas en la memoria
que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir.
CAMISETA - BERSHKA
VAQUEROS- ZARA
TACONES- CHICNOVA
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